Crear una red social puede parecer, en principio “sencillo”. Pero pocos son los proyectos que consiguen el compromiso (engagement) de los usuarios y la viralidad que lleva al éxito.
El punto de partida para crear una red social suele basarse en un estudio de mercado, y el descubrimiento de un nicho para una red social vertical orientada a un determinado segmento de población. Incluso contando con los ingredientes perfectos que “deberían garantizar el éxito”, equipo multidisciplinar y cualificado, mentores experimentados, producto con todas las funcionalidades y medios económicos, no se consiguen los resultados esperados.